martes, 21 de enero de 2014

Bibliografía sobre el Impresionismo

En nuestro blog podéis encontrar las fuentes usadas para cada entrada en concreto. Además, en esta entrada hemos tratado de recopilar las fuentes más destacadas que nos han servido como base, para facilitar el acceso a nuestro lectores a una bibliografía más general:

BARTOLENA, S., El impresionismo en detalle, Barcelona, 2006.

BUENO FIDEL, Mª J. "Gauguin 1848 - 1903" en FAERNA GARCÍA-BERMEJO, J. Mª. La era de los impresionistas, 3 (1994). 

CRAPALDI, G., Gran atlas del Impresionismo, Barcelona, 2007.

DISTEL, A., FRÈCHES-THORY, C., GACHE-PATIN, S., LACAMBRE, G., Obras maestras impresionistas y postimpresionistas, París, 1987. 

FEIST, P. H., Renoir, Colonia, Taschen, 2001.

FUNDACIÓN MAPFRE, Impresionismo. Un nuevo renacimiento, 2010

GÄRTNER, P. J., Museo de Orsay: arte y arquitectura. Colonia, Könemann, 2000.

LEMAIRE, G.G., Monet, Navarra, 1998.

PICKERAL, T., Impresionismo, Madrid, Edimat Libros, 2008.

RODRÍGUEZ , L., Los maestros del Impresionismo español, Madrid, 1978.

SOLANA, G. (ed.), El impresionismo: la visión original. Antología de la crítica de arte (1867-1895), Madrid, Siruela, 1997.



lunes, 20 de enero de 2014

Nueva exposición en el Museo Thyssen


El Museo Thyssen ha anunciado su próxima exposición y la primera de este año 2014. Una exposición dedica a Paul Cézanne (1839-1906). Cézanne es uno de los representantes del grupo de los Impresionistas, considerado por muchos como el padre del arte moderno.

La exposición monográfica que se está organizando en el Museo girará en torno a dos géneros: paisajes y naturalezas muertas. Los paisajes de Cézanne se caracterizan por no mostrar las estaciones o el momento del día en los que han sido pintados, aunque, al igual que el resto de los impresionistas, los pintaba al aire libre. Mientras que las naturalezas muertas que pinta, especialmente los cuadros de bodegones, muestran los cambios y tensiones propios de la naturaleza, transmitiendo un gran equilibrio entre todos los componentes del cuadro.

La exposición podrá visitarse del 4 de febrero hasta el 18 de mayo de 2014. Y para todos aquellos que estén interesados se organizan visitas guiadas, para todos los amigos del museo, en las que se explicará con gran detenimiento los porqués de la exposición, como está organizada y un análisis detallado de los cuadros. Sin duda un ejemplo más de cómo se vive el impresionismo en Madrid.

Cesto de Manzanas, Paul Cézanne

Los Nenúfares de Monet



Durante su vejez Monet dedicó la mayor parte de su atención y energías en pintar jardines. Se ve claramente su fascinación y gusto por las escenas al aire libre y de jardines en la gran cantidad de obras con esta temática que produjo. Pero sin duda su predilección fueron las superficies de agua, pintando sus famosos nenúfares. En junio de 1890 confesó a sus amigos “He retomado nuevamente cosas imposibles de hacer: el agua con hierba que ondea en el fondo…es fantástica de mirar, pero es una auténtica locura quererla pintar”. Finalmente los primero bocetos que hace de nenúfares parecen sacarle de esta obsesión.


En 1902 hace una serie de cuarenta y ocho Paisajes de Agua, en los que se ven reflejados todos los ángulos y puntos de vista a  


la hora de retratar estos preciosos paisajes naturales. Los Nenúfares, una de las obras más increíbles de Monet, serán el centro de dos exposiciones realizadas en 1900 y 1909 en la galería Durand-Ruel. Estos maravillosos nenúfares son representaciones del célebre estanque de nenúfares en Giverny. En sus primeros cuadros se puede observar la representación completa del jardín, pero poco a poco el paisaje alrededor del estanque y el puente japonés del jardín van despareciendo. De esta forma, el plano del agua comienza a ocupar toda la superficie y constituirá el tema principal de investigación de Monet durante los próximos 20 años.

Monet juega con los contrastes ofrecidos por los nenúfares y el estanque, las hojas y las flores y todas aquellas superficies que absorben y reflejan la luz. De esta forma, se consigue crear la sensación de una extensión ilimitada, aportando la sensación de que el cuadro refleja una pequeña parte de la realidad. El juego de los colores es uno de los más impresionantes, al menos en mi opinión, de los cuadros de Monet. Los colores tienen una gran intensidad que sobrecoge a todo a aquel que contemple estos cuadros. Sin embargo, se cree que el gran uso del violeta que se observa en los Nenúfares se debía a una alteración visual que sufrió Monet en estos años.

Con los Nenúfares, Monet, quien había sido el principal precursor del impresionismo, deja entrever como irá evolucionando el arte hacia una corriente más abstracta. Sin duda alguna, sus Paisajes de Agua han provocado la admiración ininterrumpida de pintores, escritores y músicos. En la actualidad estas bellas obras de arte se encuentran en el Museo d’Orsay de París.



BIBLIOGRAFÍA

DISTEL, A., FRÈCHES-THORY, C., GACHE-PATIN, S., LACAMBRE, G., Obras maestras impresionistas y postimpresionistas, París, 1987

LEMAIRE, G.G., Monet, Navarra, 1998

El Salón de París


A partir de la Exposición Universal que se realizó en Paris en 1855, se estableció a Paris como capital del arte mundial. A esta ciudad acudían las mayores personalidades de Europa para  contemplar las mejores obras de arte que se estaban realizando y a sus autores. Las exposiciones de arte parisinas corrían a cuenta del Salón de París, por lo que cualquier artista que se quisiese ser conocido y poder vender su obra tenía que estar en esta exposición.

 En esta gran exposición, a la cual se alababa en los periódicos de todo el mundo, no faltaban las tensiones y peleas entre el Salón y los artistas, especialmente el grupo de los impresionistas que se estaba conformando en estos años.  El principal punto de conflicto eran los criterios que seguía el jurado de admisión a la hora de aceptar o rechazar las obras, los cuales en general buscaban obras de corta clásico y, en ocasiones, muy similares entre ellas. De estas exposiciones, Arthur Stevens hace una critica al Salón de 1863 en la que dice: “Al recorrer las salas de la Exposición de Bellas Artes, advierto que todas esas obras, con muy pocas excepciones, podrían llevar la misma firma: hasta tal punto carecen de originalidad y de fisonomía propia. Solo tras un examen atento y minucioso se llegan a notar las diferencias de manera, los matices del talento y el grado de habilidad que acusa cada una de ellas.”
Grabado del Salón de 1863

Debido a las fuertes críticas y quejas por parte de artistas y críticos de arte, se organiza en  1863 y 1864 el Salón de los Rechazados, donde se exponen todas las obras que no han sido aceptadas en el Salón oficial. Esto permitió una liberalización de las obras de arte que se podían exponer y a las que tenía acceso  la mayor parte de los ciudadanos, periodistas y críticos. Se realizó un nuevo Salón de los Rechazados en 1874, pero ninguno de los tres tuvieron el éxito que se buscaba y los artistas siguieron estando sometidos a los criterios del jurado del Salón para poder exponer allí sus obras. Lo que provocó una gran imposición de los criterios de la Escuela de Bellas Artes de París en el arte que se estaba creando.

Durante los años sesenta y setenta la temática que primaba en las obras expuestas en el Salón eran de corte mitológico, religioso o histórico. En todas estas obras se ve una gran influencia de las obras de la antigüedad y del renacimiento, en las que se buscaba inspiración. Poco a poco empezaron a tener un mayor peso las escenas costumbristas, aunque todas las obras expuestas en el Salón se caracterizan por tener un corte muy clasicista.

En diciembre de 1890, William-Adolphe Bouguereau defendió la idea de que el Salón debía exponer obras de artistas jóvenes, aún no premiados. Ernest Meissonier, Puvis de Chavannes, Auguste Rodin y otros grandes artistas del momento, no estaban de acuerdo con esta nueva forma de organizar el Salón, creando la Sociedad Nacional de Bellas Artes  y su propia exposición. En 1903, muchos artistas de la época se rebelaron contra la organización conservadora del Salón, crearon el Salón de Otoño. Una exposición de mayor libertad temática y en la que eran aceptados un mayor número de artistas.

La relación entre el Salón y los impresionistas fue una “relación de amor y odio”, ya que estos eran aceptados y rechazados de la exposición dependiendo de los años y los componentes del jurado. Por otro lado, muchos de los artistas de este grupo buscaban ser aceptados por el Salón para tener una mayor difusión de sus obras.

BIBLIOGRAFÍA

FUNDACIÓN MAPFRE, Impresionismo. Un nuevo renacimiento, 2010

martes, 14 de enero de 2014

Los primeros años de Renoir


Renoir es considerado por muchos expertos como el más popular de los pintores que formaron parte del grupo de los impresionistas, y desde luego uno de mis pintores predilectos. Renoir se autodefine a sí mismo como un “obrero de la pintura”, frase que se ve reflejada en su prolífica obra que llega producir en cantidades “industriales”.

De sus primeros años de vida se sabe que Pierre-Auguste Renoir nació en Limoges en 1841. Hijo de una obrera y un sastre. A los pocos años de nacer su familia se trasladó a París. Durante su adolescencia cantó en el coro de Saint-Eustache y consiguió trabajo decorando porcelanas y abanicos.  En 1862 se apuntó a los cursos de la Escuela de Bellas Artes,  impartidos en el taller del pintor Charles Gleyre. Allí Renoir conoce a otros jóvenes pintores con los que pronto traba una buena amistad, ellos son Monet, Sisley y Bazille. Con ellos comparte desde 1863 la experiencia de pintar al aire libre, iniciando así el fenómeno impresionista, aunque ellos nunca se denominaron de esta forma. Este joven grupo de artistas se consideraban pintores realistas buscando un nuevo acercamiento a la naturaleza a través de una pincelada más libre y una mayor variedad cromática.


Paseo en Barca (1866)
Durante estos años del  “en plein air”, Renoir recurre con frecuencia al ejemplo de los grandes artistas de la escuela de Barbizon, o a pintores como Delacroix, Courbet o Manet , donde encuentra en muchas ocasiones inspiración para su pintura. Mezclando las sensaciones y las  impresiones que se reciben de la realidad, junto con el previo estudio de la obra, Renoir mezcla y fusiona las principales corrientes que se estaban desarrollando a su alrededor. Por un lado el arte nacido de una impresión y, por otro, el arte pensado, estructurado y clasicista que tanto gustaba al Salón de Paris. Este posicionamiento le llevo a frecuentes discusiones con sus compañeros y amigos del grupo impresionista, especialmente con Monet, el cual lleva hasta el extremo el “pintar por sensaciones”. De esta forma configura una fusión única que hace tan característico a su arte.

Los esposos Sisley (1868)
Tras el cierre del taller de Gleyre en el año 1864, comienza a ser muy habitual observar a estos artistas pintando en los alrededores de Paris o en las cercanías de Fontainebleau.  John Rewald hace una descripción de Renoir en el que le retrata como un hombre “delgado, nervioso, modesto, pobre, pero vivaz y lleno de irresistible alegría (…) embellecía más o menos deliberadamente sus conversaciones con argot parisino; (…) mostraba un desinterés absoluto por las teorías solemnes y las reflexiones profundas. Disfrutaba de la vida, de la cual la pintura era una parte imprescindible. De las largas temporadas en los bosques de Fontainbleau pintando junto con Sisley, Monet y Pissarro,  es fruto su precioso cuadro Paseo en barca. Los distintos cuadros que va pintando muestran poco a poco la perfecta unión entre la figura y el paisaje. Uno de mis cuadros favoritos, en el que se ve esta perfecta fusión, es Los esposos Sisley, retrato de su buen amigo con su mujer. También en esta época Renoir es aceptado en el Salón, aunque fue expulsado dos años más tarde para volver a ser readmitido en 1869 con su cuadro En verano. La relación que mantuvo con el Salón de París estuvo llena de altibajos aunque siempre intento formar parte de él, pero sin dejar en ningún momento de seguir su propio estilo.

Las obras que realiza en estos años están llenas de colorido, con una pincelada muy suelta que les concede una gran vitalidad y frescura. Sin duda alguna, las obras de arte que realiza en estos años forman parte de mis favoritas de este autor. Destacando entre todas ellas Verano, una obra llena de fuerza y luminosidad que podría contemplar durante horas. En la actualidad se encuentra en Berlín, así que si alguien se encuentra en esta preciosa ciudad le recomiendo que disfrute de esta magnífica obra, no defraudará.  

Verano (1869)
BIBLIOGRAFÍA

BENEDETTI, M. T., Renoir, Barcelona 1998

miércoles, 8 de enero de 2014

La influencia del Impresionismo en la obra de Vincent Van Gogh

     Es inevitable incluir una entrada sobre el artista Vincent Van Gogh, un pintor muy influenciado por el impresionismo pero que no seguió sus principios fundamentales.

     Al llegar a París en 1886, se estableció en el Barrio de Montmartre junto a su hermano Theo, quien le pone en contacto con la obra de Claude Monet y otros pintores impresionistas, gracias a lo cual Vincent evoluciona enormemente en su forma de pintar. Anteriormente, él solo había estado en contacto con la pintura de su país, Holanda, y se había interesado por el realismo francés; sin embargo, ahora conoce la forma de manejar el color y la luz de los impresionistas, los temas que estos representan donde la ciudad y el campo son protagonistas y el uso de la pincelada suelta. Por todo ello Van Gogh se verá muy influenciado y comenzará a pintar al aire libre, a utilizar una paleta de colores más brillante y a tratar los temas de cafés y boulevards parisinos, así como las representaciones de campos. De las cosas más importantes que aprendió fue la aplicación del contraste complementario, entre cada color básico y la mezcla de los otros dos. En París conoce a los artistas más modernos de la ciudad, como los postimpresionistas Paul Gauguin, Henri de Toulouse-Lautrec o el impresionista Camille Pissarro, y gracias a George Seurat y Paul Signac conoce la técnica neoimpresionista del puntillismo, que él comenzará a poner en práctica.

     Realizó una serie muy extensa de autorretratos, que comenzó a pintar en una gama de tonos grises y marrones, pasando posteriormente al uso de colores más vivos y alegres, como rojos, verdes, azules y amarillos, una paleta mucho más impresionista. Será esta última gama de colores la que comience a usar únicamente, experimentando con colores claros y vivos en sus obras de flores.  Incluso utiliza ovillos de lana que tienen hilos de distintos colores para comprobar cómo combinan entre sí. También utiliza esta paleta de colores en los cuadros que pinta en un pueblo cercano a París, Asnières, muy visitado por los impresionistas, donde reproduce paisajes al aire libre.

   Los pintores jóvenes (“artistas del boulevard Petit”) Toulouse-Lautrec, Signac, Louis Anquetin y Bernard se hacen poco a poco grandes amigos de Van Gogh. En un principio no tienen tanta fama como los impresionistas, pero van a formar una comunidad de artistas con nuevas ideas y estilos. Vincent será considerado por algunos críticos simbolista, uno de los mayores exponentes del postimpresionismo, sobre todo por la elaboración de sus obras maestras como La noche estrellada (1889). Supuso una gran influencia para la corriente expresionista y el fauvismo.

    La producción artística de este pintor es muy abundante, y son evidentes las diferencias entre sus obras según la etapa de su vida a la que correspondan. Fue sobre todo a partir de la primavera de 1887 cuando empezó a introducir elementos modernos, similares a la obra de Monet. Vamos a destacar algunas de las obras más influenciadas por el impresionismo de las que llevó a cabo, ya que es el tema que nos ocupa:


Vincent Van Gogh, Autorretrato con sombrero de paja, 1887.



Autorretrato con sombrero de paja (1887) está realizado con una gama de colores vivos y luminosos.











Vincent Van Gogh, Le Moulin de la Galette, 1886.


    La serie pictórica de Le Moulin de la Galette (1886) ya marca la diferencia respecto a sus obras anteriores, ya que aplica colores más brillantes y una pincelada con los que pretende reflejar la luz y el movimiento del momento.









Vincent Van Gogh, Pescando en primavera, puente de Clichy, 1887.




  En su obra Pescando en primavera, puente de Clichy (1887), donde utiliza una pincelada suelta típicamente impresionista y la técnica del puntillismo.





Vincent Van Gogh, Flores en un jarrón, 1887.




   La utilización de pinceladas cortas e impresionistas también la lleva a cabo en su obra Flores en un jarrón azul (1887), sobre todo en los pétalos de las flores.







Vincent Van Gogh, Puente sobre el Sena en Asnières, 1887.





   En Puente sobre el Sena en Asnières (1887), queda patente la huella impresionista en el uso de una luz con tonos dorados, ya que el artista quiere reflejar el atardecer.




Vincent Van Gogh, Restaurante de la Sirène en Asnières, 1887.




  Su obra Restaurante de la Sirène en Asnières (1887) refleja influencia tanto impresionista como neoimpresionista, principalmente en el uso del color.








BIBLIOGRAFíA
- PICKERAL, T., Impresionismo, Madrid, Edimat Libros, 2008.
- SPENCE, D., Van Gogh: arte y emoción, Madrid, Celeste Ediciones, 1998.
- THOMSON, B., La pintura de Van Gogh, Barcelona, Blume, 2007.

También es interesante visitar la página web del Museo Van Gogh.