El Guernica (MNCARS)



El Guernica: arte y política


Álvaro Lucas Carmona


La obra que nos ocupa, realizada por Pablo Picasso en 1937, es uno de los grandes hitos de la Historia del Arte del siglo XX. Pero, más allá de su valor artístico, nos centraremos en la importancia que ha tenido la obra a nivel global, especialmente en la estrecha vinculación entre arte y política.



Para entender su significado debemos referirnos al contexto que se vivía en España en 1937, en pleno transcurso de la Guerra Civil. El gobierno de la Segunda República, a través de Josep Renau, encargó a Pablo Picasso en enero de 1937 la realización de una obra propagandística para ensalzar el papel del gobierno legítimo. Sería una de las piezas centrales del pabellón español en la Exposición Internacional que se iba a celebrar en París ese mismo año.

Este encargo no fue casual. Se eligió a Picasso, uno de los creadores del movimiento cubista, pues era uno de los artistas con más prestigio internacional del momento. Por tanto, antes de su realización, e incluso antes de que se produjeran los hechos que inspirarían su tema, la obra que acabaría realizando Picasso tenía ya una clara función política y propagandística. Además, estaba concebida como una gran obra, con unas dimensiones exactas de 349,3 x 776,6 cm a las que debió ajustarse el artista.

Picasso, residente en París desde 1904, aceptó el encargo. Su obra artística se caracteriza por ser muy personal, y ante las exigencias de este novedoso encargo no tenía nada claro qué iba a realizar. A la falta de ideas hay que sumar la situación personal delicada que atravesaba. No fue hasta finales de abril cuando Picasso decidió cuál iba a ser la temática de su obra.

El 26 de abril de 1937 la aviación alemana, al servicio del bando franquista, bombardeó la localidad vizcaína de Guernica (en euskera, Gernika).  Este hecho, de escasa repercusión militar, causó un enorme impacto. Era la primera vez que se producía un bombardeo contra la población civil. Las fotografías tomadas al día siguiente por los distintos corresponsales de guerra que se encontraban en Bilbao se difundieron rápidamente por Europa y el resto del mundo. Pablo Picasso, al verlas, quedó profundamente impactado, y se basó en ellas para crear la obra que nos ocupa.

Bajo la presión del calendario, Picasso ejecutó la obra con gran rapidez y en apenas un mes estaba lista para exhibirse en París. Su amante, Dora Maar, fotografió el proceso de creación del cuadro, un documento de gran valor artístico. La obra causó gran impacto en París, ya que contaba además con un espacio preferente en el pabellón español.

Tras finalizar la Exposición Internacional, circuló por distintos puntos de Europa y América, con una clara función propagandística itinerante al servicio del gobierno republicano. Por un lado, el Guernica denunciaba las trágicas consecuencias de la guerra, anunciando los horrores que se vivirían en Europa en los años posteriores. Por otro, la exhibición de la obra tenía como objetivo recaudar dinero que se destinaría a sufragar los gastos de la República, que estaba inmersa en la dureza del conflicto bélico contra el bando franquista. Por tanto, vemos claramente como arte y política se funden en la obra que se encargó a Picasso.

Entrando en un comentario crítico más personal, considero que la función propagandística de la obra cumplió su objetivo. Aunque no sirvió para que la Segunda República Española obtuviera más apoyos a nivel internacional para evitar la derrota, su carga emocional ha hecho que perdure. La dictadura franquista impidió que Picasso viera en vida cómo la obra pisaba España por primera vez en 1981 para quedarse definitivamente, ya que por petición expresa del autor no debía pisar suelo español hasta que se recuperasen las libertades. Hoy en día, el cuadro sirve para mantener vivo el recuerdo del bombardeo. Pero además, ha pasado a ser todo un icono a escala universal. 

El Guernica, inspirado en el bombardeo de esta población vasca, se basa en un hecho histórico concreto. No obstante, en la obra no se representa ningún espacio físico reconocible. Tampoco refleja el bombardeo propiamente dicho, pues no aparece ningún tipo de aviación. El Guernica representa el dolor, el sufrimiento y la muerte, consecuencias directas de la tragedia que se produjo el 26 de abril de 1937. No obstante, la obra de Picasso ha conseguido que el bombardeo adquiera un valor simbólico incalculable, que trasciende el padecimiento sufrido por los habitantes.

El hecho de que no haya espacios físicos reconocibles es de gran importancia, pues ha convertido la obra de Picasso en un símbolo, un alegato contra la barbarie de la guerra y en favor de la vida y de la libertad.

El Guernica sigue siendo un icono usado en manifestaciones políticas contemporáneas como instrumento de denuncia de los atroces conflictos bélicos. El artista estadounidense de origen lituano Rudolf Baranik se inspiró en el Guernica para crear el cartel titulado, Stop the War in Vietnam Now!, en contra de la guerra de Vietnam.

Me gustaría finalizar con una anécdota que tuvo lugar en 2003 en el Consejo de Seguridad de la ONU. En una rueda de prensa protagonizada por varios diplomáticos –encabezada por el ex secretario de Estado de EEUU, Colin Powell- se hablaba sobre la cuestión de la guerra de Irak. De fondo, las cámaras grabaron una tela azul de grandes dimensiones. Bajo esta tela se encontraba un tapiz que reproducía el Guernica de Picasso. Un símbolo del rechazo a la guerra censurado a la hora de hablar de la intervención americana en Irak.  Este hecho demuestra que el componente de denuncia que presenta el Guernica, incluso en pleno siglo XXI, sigue muy vivo.

Bibliografía y fuentes consultadas





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Reflexión histórica acerca del Guernica de Pablo Ruiz Picasso

David Martínez Vilches

El presente escrito trata de poner en relación el Guernica con la situación histórica del momento en el que se realizó, considerando la obra como una fuente primaria de gran interés para la investigación historiográfica. En este sentido, esta reflexión abarca tres ámbitos fundamentales: el acontecimiento histórico del bombardeo de Guernica, la ejecución de la obra pictórica, y su utilización propagandística. Estos tres elementos estructuran las líneas siguientes.

El devenir de la historia nos ha provisto de innumerables ejemplos que testifican la crueldad del género humano hacia sus semejantes, y el bombardeo de Guernica es uno más de todos ellos. Desde fines del mes de abril de 1937 se divulgó en los medios internacionales la devastación del pueblo vasco de Guernica, que produjeron una honda impresión a la opinión pública. El suceso había acaecido el lunes 26 de abril de 1937, un día de mercado. Además, Guernica doblaba su población habitual debido a la población refugiada que huía ante el avance de las tropas rebeldes, estimándose en cerca de 7.000 las personas que se encontraban en la localidad ese día. Aún en la actualidad se discute el número de muertos, debido a que los libros de defunciones fueron revisados y convenientemente distorsionados por las nuevas autoridades tras la caída de la franja de territorio leal a la República que quedaba en el norte peninsular. El 29 de abril las tropas rebeldes entraban en las devastadas ruinas de Guernica.

El brutal ataque por parte de la Legión Cóndor alemana y algunos aviones italianos no respondía a ninguna necesidad táctica de los planes de las tropas sublevadas. En realidad, con el bombardeo de Guernica “se destruía algo más que un hermoso pueblo vasco. Se aterrorizaba a una población para que cesara en su resistencia. Se atacaba el símbolo por excelencia de las libertades y tradiciones de su pueblo. Se humillaba su historia, se intentaba doblegar el orgullo y la independencia de Euskalherría” (en palabras del politólogo Alberto Reig Tapia).

La carta del sacerdote Alberto Onaindía, que presenció el ataque, al cardena Gomá refleja la magnitud del bombardeo:

Excmo. y Rvdo. Sr. Cardenal: Llego de Bilbao con el alma destrozada después de haber presenciado personalmente el horrendo crimen que se ha perpretrado contra la pacífica villa de Guernica, símbolo de las tradiciones seculares del pueblo vasco. 
La aviación alemana bombardeó a la población durante casi tres largas horas. Aviones de caza y bombardeo, bimotores, y trimotores arrojaron metralla y bombas incendiarias mientras la gente alocada huía por carreteras y montes ametrallada siempre por la aviación. Mi coche fue también ametrallado y en su derredor cayeron varias bombas, que causaron varias víctimas. Tres horas de espanto y de escenas dantescas. Niños y madres hundidos en las cunetas, madres que rezaban en alta voz, un pueblo creyente asesinado por criminales que no sienten el menor alarde de humanidad. Señor Cardenal, por dignidad, por honor al evangelio, por las entrañas de misericordia de Cristo no se puede cometer semejante crimen horrendo, inaudito, apocalíptico, dantesco. […] 

Radios militares niegan el hecho del bombardeo o lo atribuyen a los “rojos”. Calumnia sobre crimen. Éibar también fue quemada por la aviación. Anbacegui y Bolivar destruidas la misma tarde. Eso no es guerra. Eso es crimen diabólico.

La atroz acción de la aviación alemana golpeó las conciencias de los europeos, y por tanto, la de Picasso, firmemente adherido a la causa republicana desde el inicio de la guerra, cuando fue nombrado director del Museo del Prado. No obstante, el encargo de un lienzo de cariz propagandístico a favor de la República se remonta a enero de 1937 (tres meses antes del bombardeo) cuando el director de Bellas Artes, Josep Renau, le encomendó la ejecución de un lienzo para el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París que se iba a celebrar en el verano de ese año. Por tanto, el bombardeo de Guernica no es el desencadenante de la obra, sino el acontecimiento que inspira a Picasso para concretar las ideas que había ido concibiendo en su mente desde que le fue propuesto el encargo. Sin embargo, se debe subrayar que el Guernica no representa un momento exacto o un suceso histórico con carácter narrativo, en realidad representa sentimientos: dolor y sufrimiento ante la destrucción ocasionada por el conflicto bélico.

A pesar de que Josep Renau no concretó a Picasso los pormenores de lo que debía contener el lienzo, sí que dio dos claras directrices que reflejan el rasgo propagandístico que debía impregnar el cuadro. En primer lugar, sus enormes proporciones, pues estaba destinado a un espacio especial en el Pabellón Español para causar una mayor sensación al espectador. En segundo lugar, pidió a Picasso que abandonase su lenguaje críptico a favor de una mayor claridad a la hora de transmitir el mensaje.

El resultado fue un alegato a la libertad y a la vida, valores encarnados en el programa político republicano, frente a la muerte y la destrucción que traía consigo el avance de los sublevados. Esto se realiza retomando imágenes típicas de otros momentos de la historia del arte que ilustran estos sentimientos. En este sentido, podemos observar la influencia de Goya en la figura que levanta los brazos a la derecha del lienzo, que recuerda a Los fusilamientos del tres de mayo. Asimismo es notorio el influjo de los códices mozárabes, cuyo estudio se había intensificado en la década de 1930: el soldado en el suelo del Guernica se inspira en la escena del Diluvio Universal del Beato de Liébana. Por último, la mujer que llora con el niño entre sus brazos remite a la imagen de la Piedad.

La utilización propagandística que realizó del Guernica la República no sólo se dirigió a la Exposición Internacional, sino también a exposiciones itinerantes posteriores cuyos espectadores contribuían con donativos a la causa republicana. Con el estallido de la Segunda Guerra Mundial, Picasso decidió que su obra se expusiese en el Museum of Modern Art de Nueva York, hasta que se restableciese la democracia en España. El significado del Guernica en su nuevo hogar cambió entonces y se adaptó al contexto de la Guerra Fría: era ahora Estados Unidos el nuevo defensor de las libertades en el marco de un mundo polarizado en dos bloques. Finalmente, regresó el Guernica en 1981 a España: era un símbolo para recalcar la adhesión de la nueva situación de monarquía parlamentaria –si bien dirigida por políticos que se habían formado dentro de las filas franquistas– a los valores de libertad y democracia.

Bibliografía
  • Archivo Gomá: documentos de la guerra civil, edición de José Andrés Gallego y Antón M. Pazos, Madrid, CSIC, 2001-2010, 13 vols.
  • ARIAS SERRANO, L., “La Guerra Civil española como catalizador del pensamiento político de Picasso, Miró y Dalí”, Anales de Historia del Arte, 10 (2000), pp. 83-310.
  • ORTIZ ECHAGÜE, J., “Esto no es Guernica…”. Fotografía y propaganda de la destrucción de Gernika en la prensa durante la Guerra Civil española. Zer: Revista de estudios de comunicación, XV/28 (2010), pp. 151-168.
  • PRESTON, P., El holocausto español: odio y exterminio en la Guerra Civil y después, Barcelona, Debate, 2011.
  • RAMÍREZ, J. A, “Acerca de unas lágrimas (Otra historia con Guernica)”,  Anuario del Departamento de Historia y Teoría del Arte (U. A. M.), 13 (2001), pp.195-209.
  • REIG TAPIA, A., Violencia y terror, Madrid, Akal, 1990
  • RODRÍGUEZ KAUTH, Á. “El” Guernica de Picasso: terrorismo cultural y militar”, Revista de Ciencias Sociales, XI/2 (2005), pp. 381-390.
  • SEBASTIÁN LÓPEZ, S, El “Guernica” y otras obras de Picasso: contextos historiográficos, Murcia, Universidad, 1984.

EL GUERNICA DE PABLO RUIZ PICASSO

Ana García Espinosa

El pasado día 6 hicimos una visita al Museo Nacional Reina Sofía para visitar el Guernica, afamado cuadro de Picasso y el que más movimiento social y político ha acarreado.

Es lo que podemos ver nada más entrar en la sala en la que se encuentra, una sala cuidadosamente escogida para poder colocar el cuadro y que cause el mayor efecto posible en el espectador cuando ingresa en la estancia. En ella no sólo se encuentra el cuadro, sino también una serie de fotografías que hizo Dora Maar durante el proceso.

El cuadro está hecho en óleo sobre lienzo y mide 349,3 cm de ancho y 776,6 cm de largo. Se caracteriza por la ausencia de color, por la monocromía, utilizando como máximo el negro, blanco y gris, buscando dar una mayor sensación de tristeza y de dolor con el mensaje que pretendía transmitir (también eligió estos colores por la fotografía). 

Encontramos bocetos que se hicieron para ver cómo quedaría el cuadro en color, debido al número de personas que decían que no se podía quedar en blanco y negro, pero al hacerlos ya no hubo nadie que siguiese con esa opinión, ya que acababa con la gran impresión que causaba al verlo y llamaba menos la atención sobre el acontecimiento que reflejaba.

El cuadro no representa directamente el bombardeo, sino que lo que se busca es transmitir el dolor y la muerte de la población, el de la guerra en sentido general, reconociendo los sentimientos, no una escena del bombardeo. En este caso se refiere a la Guerra Civil Española, siendo también una advertencia a los países europeos sobre las intenciones del fascismo de Hitler y Mussolini, sobre lo que podría llegar a pasar. Es una obra en la que se defienden ideales como la libertad y la paz, rechazando la muerte de la población civil.

En él podemos ver símbolos nacionales como el toro, pero también hay otras figuras como el caballo o la mujer llorando al hijo muerto que lleva en sus brazos, dándoles un sentido humano y llano fácilmente comprensible, en una composición piramidal.

GUERNICA

Es una localidad del País Vasco donde se produjo un bombardeo el 26 de abril de 1937, durante la Guerra Civil Española. En él fallecieron cientos de personas, todas pertenecientes a la población civil. Fue ejecutado por la Legión Cóndor, integrante de la aviación alemana, que por ese entonces ya estaba a las órdenes de Hitler, que había ganado las elecciones cuatro años antes, en 1933.

Este bombardeo causó gran conmoción en la población mundial debido a que fue el primer bombardeo dirigido sobre una población civil, ya que no era una zona donde se guardase armamento para la guerra en contra del bando de Franco y tampoco estaba militarizada. Además, algo que llegó aún más al corazón de la población a escala mundial fue el hecho de que los alemanes buscaron el día en el que habría más afluencia en esta localidad para causar así el mayor daño posible.

El hecho es que el bando fascista vio el error cometido e intentó tapar lo ocurrido diciendo en primer lugar que habían sido los propios vascos y, posteriormente, que fueron los republicanos, versión que se mantuvo oficialmente hasta después de la muerte de Franco. Fue en 1977, en un acto oficial en Guernica en conmemoración de lo ocurrido, en el que participaba el embajador alemán, en el que se leyó una emotiva carta pidiendo disculpas a las familias de los afectados y a las mismas víctimas, ya que era una acto en el que se encontraban muchas de aquéllas que sobrevivieron al bombardeo, admitiendo de este modo la participación del Estado alemán y la culpa que tuvo.

HISTORIA DEL CUADRO

Fue mandado pintar por el Estado español, por entonces la II República, para el Pabellón Español de la Exposición Internacional de París de 1937, fecha en la que ya había estallado la Guerra Civil en España. Fue Renau el encargado principal de esta petición en nombre del país. Debido al hecho de que era una exposición temporal, no se tuvo en un comienzo la idea de que fuese a ser una obra de arte que perdurase tanto en el tiempo ni mucho menos que iba a tener la repercusión que ha tenido. 

A su vez, lo que se intentaba con ello era realizar un cuadro de cariz propagandístico a favor de la República española, sumergida en la guerra y que necesitaba urgentemente de la ayuda de los demás países europeos. Para este fin, se eligió a Pablo Picasso por ser uno de los artistas más famosos del momento debido a su estilo, con un lenguaje claro e identificativo, ya que al ser él el autor podría favorecer la causa y llamar más la atención sobre aquello que ocurría en España.

En un principio, Picasso no sabía sobre qué hacer el cuadro, de modo que pasaron meses sin que se decidiese por un tema concreto. Pero tras el bombardeo de Guernica se decidió a hacer un cuadro sobre ello, empezando con los proyectos y los bocetos pocos días después y comunicándolo oficialmente. A la hora de decantarse por este acontecimiento le influyeron las publicaciones francesas en las que aparecían fotografías de reporteros de esta nacionalidad que estaban cerca del lugar en el momento del bombardeo, pudiendo fotografiar los desoladores instantes posteriores.

Tardó poco más de un mes en realizar el Guernica, hecho que sorprende al ponerlo en comparación con las dimensiones del cuadro. En él, Picasso pierde el sentido críptico que vemos en el resto de sus obras para que el público pueda entender mejor el mensaje. Cuando finalmente se expuso en París, tuvo un gran éxito, por lo que se decidió trasladarlo a distintos países europeos (y posteriormente de otros continentes) para recaudar fondos para la República. Fondos que podían ser en forma del dinero de las entradas o de ropa, tan necesaria en España, como en el caso inglés. Fue incluso el propio pintor el que ayudó a la causa donando a la República el dinero que le pagaron por su trabajo.

Finalmente, y debido a la derrota del bando republicano en la Guerra Civil, Pablo Picasso accedió a que el cuadro fuese custodiado en el MoMA, en Nueva York, hasta su devolución a España, cuando el gobierno legítimo fuese restaurado. Poco tiempo antes de morir, y al ver los vientos de cambio que había en España en los últimos años de la dictadura de Franco, cambió esa voluntad suya sobre el "gobierno legítimo" a "cuando la democracia regresase al país", de modo que en 1981 se trajo de regreso a España, cuando ya se había establecido una Monarquía Parlamentaria como forma de Estado, momento en el que se colocó en el Casón del Buen Retiro.

En su traslado hubo un gran despliegue policial ya que era una época de grandes tensiones políticas, época de la transición en la que se estaban estableciendo las bases del Estado español. Además, el hecho de que en España se instaurase una Monarquía Parlamentaria y no una República era algo que no tenía contentos a todos, añadiendo el hecho de que el Guernica es un símbolo de la República y podía herir sensibilidades al regresar a España justo en ese momento en el que había regresado la monarquía borbónica.


BIBLIOGRAFÍA


FERNÁNDEZ VALENCIA, A.”Una aproximación didáctica al Guernica de Picasso”, Ebre 38, 1 (2003) pp. 102 - 109.

SEBASTIÁN, S. El “Guernica” y otras obras de Picasso: contextos historiográficos, Murcia, Universidad de Murcia, 1984.

El Guernica: Arte y Política

 Ana Escribano López


El Guernica de Pablo Picasso es uno de los mayores hitos de la pintura española. Su historia se remonta a enero de 1937, cuando la Delegación Española en Francia, entre los que se encontraban Josep Renau, Director de la Escuela de Bellas Artes, y José Bergamín visitan a Picasso proponiéndole la creación de un cuadro para el pabellón español en la Exposición Internacional de París, para resaltar la causa republicana en pleno apogeo de la Guerra Civil. .  
El encargo estaba muy claro, ya que para la exposición se quería una obra con un tamiz propagandístico de la Republica, con una dimensión ya establecida, 7x4m, y no había mejor pintor que Picasso para realizarla, ya que era el pintor español con mayor influencia. Aunque no tenía muy claro cómo enfocar su obra comenzó a realizar una serie de láminas en aguafuertes como Sueño y mentira de Franco, hasta que el 26 de abril un suceso cambió su alma.

Picasso, aunque vivía en París desde antes del estallido de la Guerra Civil, mostraba un gran interés por la situación de España cuando el 26 de abril la Legión Cóndor, a cargo de los alemanes bajo el servicio de los nacionales, bombardeó la ciudad vasca de Guernica, reduciéndola a escombros causando la muerte a más de 10.000 civiles. Tras este fatídico hecho, y muy impresionado por las fotografías realizadas, Picasso decidió cual iba a ser su tema para la exposición.

Para realizar su obra, completada en un mes y medio, Picasso se basa en su repertorio básico pero llena esta obra sentimiento, de sufrimiento, dolor y agonía, mostrando a la sociedad su alegato a la paz, a la libertad y a la vida no sólo para España sino para otros países europeos que se estaban preparando para la Segunda Guerra Mundial. Así, Picasso eleva el arte al acontecimiento histórico, mostrando la unidad del arte y la política, convirtiendo su obra en un símbolo de la paz internacional.


La Vanguardia, 10 de Septiembre de 1981
La obra había sido guardada por los Estados Unidos hasta que el 10 de Septiembre de 1981 volvió a España, al Casón del Buen Retiro de Madrid, ya que Picasso lo donó al pueblo español. Su traslado se vivió dentro de un ambiente tenso, dado por la transición política en la que se encontraba el país, ya que tras la Dictadura de Franco no se volvió a una República, sino a una monarquía parlamentaria que veía con recelo su regreso.

En 1945, en una entrevista a propósito del cuadro, declaró "No, no se hace pintura para decorar las habitaciones. Es un instrumento de guerra, de ataque y de defensa frente al enemigo”."

Con esta declaración se ve como el arte se ve como un arma, usada tanto para el bien como para el mal, usada como un objeto para conseguir los objetivos deseados o por lo menos conseguir una influencia en la sociedad a la que se le presentaba. Ante este hecho encontramos numerosos ejemplos desde el inicio de la Historia, desde la antigüedad clásica en la que se realizaban numerosas obras representando a jefes de Estado, engrandecidos mostrando su superioridad y poder respecto al resto; durante la Edad Media también encontramos esta influencia visto de un modo religioso pero marcado por la política de la época, ya que las obras realizadas eran encargadas casi exclusivamente por y para los monasterios, que además de decorar las iglesias y claustros tenían una misión adoctrinadora hacia al pueblo llano, imponiéndoles de cierta manera las normas que dictaban los reyes. Como ejemplos de esta dualidad arte-política podemos destacar las diversas representaciones realizadas durante las Cruzadas, o un poco más adelante en el tiempo, los diversos Cuadros de Indias que mostraban los atrasos de las poblaciones americanas conquistadas, en las cuales eran ridiculizados, dando píe a la Corona Española de enseñar las costumbres y religiosidad de la época a estas pobres gentes, pero que después daban paso a las expansiones territoriales, guerras contra los indígenas y a la destrucción de su cultura.
La Libertad guiando al pueblo,
Eugène Delacroix, 1830, Museo del Louvre

Con la llegada de la Ilustración, en el s. XVIII, se comienza a reaccionar contra la imposición política y a la opresión, luchando por la libertad de expresión, que aunque dependía según el país, dio paso a la representación de numerosas obras que reflejaban la abolición del absolutismo y la llegada de la paz, la igualdad y la liberación como La libertad guiando al pueblo de Delacroix. Además, también se comenzaron a realizar numerosas caricaturas burlescas de los políticos.

En la actualidad podemos ver como el arte se continúa usando como una herramienta política usada para diversos fines, para congeniar con la población o dar una imagen diferente de su persona.

Bibliografía

  •    GARCÍA DE CORTAZAR, F., y GONZÁLEZ VESGA, J.M., Breve Historia de España, Madrid, 1994. 
  •       HILTON, T., Picasso, Barcelona, 1977. 

  •     TUSEL, J., EGIDO LEÓN, A., MARTINEZ SEGARRA, R., RIVAS LARAS, L., y GARCÍA QUEIPO de LLANO, G., Historia el Mundo contemporáneo, Madrid, 1992. 
  •  Para conocer más sobre El Guernica y Pablo Picasso en: http://guernicamitoeicono.blogspot.com.es/.



GUERNICA, VINCULACIÓN ENTRE ARTE Y POLÍTICA.

IRENE DE PAZ PATIÑO


Pablo Picasso, Guernica, 1937.
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.

      Guernica es una de las obras artísticas más importantes del siglo XX, realizada por Pablo Picasso, quien la pintó en los meses de mayo y junio de 1937. Se llevó a cabo por petición de Josep Renau, Director General de Bellas Artes, para exponerla en el Pabellón de España en la Exposición Internacional de Arte y Tecnología de París de ese mismo año, y se la pidió a él porque era un pintor muy reconocido que podría transmitir el mensaje requerido. La obra tenía que ser propagandística, que representase la República Española y los valores que defendía (paz, libertad, progreso), ya que en ese momento en España se estaba viviendo la Guerra Civil, y el resto del mundo iba hacia una dirección parecida, que desembocó en la Segunda Guerra Mundial.

La población vasca de Guernica fue bombardeada por la Legión Cóndor alemana y la Aviación Legionaria de Italia el 26 de abril de 1937, fuerzas que estaban a favor del bando sublevado en España. Picasso, quien defendía y tenía que mostrar los valores republicanos en su cuadro, no sabía qué iba a hacer exactamente hasta que tuvo lugar este atentado a la población civil con consecuencias tan desastrosas. Encontró en este suceso su fuente de inspiración para representar el sentimiento de dolor que se estaba viviendo tanto en Guernica como en el resto de España, los horrores y la destrucción que la guerra provoca en cualquier población. Por tanto, no representa o narra este hecho concreto, sino que se puede atribuir a cualquier población en guerra o que esté experimentando la barbarie y violencia humanas, convirtiéndose así en una obra de carácter universal. Como Camón Aznar declaró, “Picasso simboliza, más que un hecho concreto de la guerra española, la alegoría de los sufrimientos y de la tenebrosidad de la guerra”.

Renau le dio a Picasso libertad para hacer el cuadro, mientras que representase a la República, fuese de grandes proporciones y mostrase el mensaje de forma clara. Picasso era muy creativo y conocía muchas corrientes pictóricas que plasmó aquí, por lo que es muy difícil encontrar los límites entre lo que es el realismo, surrealismo, expresionismo o cubismo entre otras. Gracias a esa amalgama artística consiguió hacer un cuadro impactante que no deja indiferente a nadie, y con ello transmitir un mensaje que vinculaba el arte y la política.

Pablo Picasso pintando Guernica.
Este artista hizo la obra en poco tiempo pero de forma muy premeditada. Dora Maar, su amante, fotografió el proceso de realización, lo que nos permite saber las distintas etapas por las que pasó el cuadro. La sola utilización del blanco y negro en diversas tonalidades contribuyen en gran medida a generar dramatismo, además del lenguaje salvaje que el artista usa. El espacio que representa no está concretado claramente, pero esa indefinición ayuda a generar caos y a que sólo los elementos importantes destaquen, que sean las expresiones de horror y las distorsiones de los cuerpos de los personajes las que cobren protagonismo.

Son numerosas las interpretaciones que se han dado al significado de cada uno de los elementos de esta obra. Algunos han defendido la similitud con obras del arte del pasado, como Los Horrores de la Guerra de Rubens, o con Los fusilamientos del 3 de Mayo de Goya o La Piedad. Es muy plausible que la mujer que asoma por la ventana con un quinqué represente a la República Española y el toro al pueblo español, aunque el mismo Picasso dijo que era un símbolo de “brutalidad y oscuridad”. Aunque haya diversas opiniones para el significado de cada personaje o elemento, el sentimiento que expresan llega fácilmente al espectador.

Picasso hizo una obra para el pueblo y fuesen cuales fuesen sus fuentes de inspiración, creo que logró el fin que se buscaba, siendo una de las obras más famosas en su época y que todo el mundo quería admirar. El mismo hecho de que hoy la estemos estudiando en base a su función histórico-política y no sólo estética ya demuestra la trascendencia que ha tenido hasta nuestros días en ese ámbito.

Con este cuadro se recaudaron fondos para la República y estuvo en diferentes sitios de Europa y América. Fue una de las obras más prestigiosas del MoMA de Nueva York, y tras muchas negociaciones en 1981 lo trajeron de nuevo a España, al Casón del Buen Retiro de Madrid, en una situación de Monarquía Parlamentaria que no tenía que ver con la intención con la que se hizo el Guernica. En esos momentos tan críticos de nuestra historia el hecho de que se instalase esta obra en nuestro país podía levantar reacciones de diversa índole, por lo que el despliegue policial fue enorme. Finalmente, en 1992 se trasladó al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, donde se conserva hasta la actualidad.

Desde mi punto de vista, el arte es uno de los mecanismos más eficaces de transmisión de un mensaje, una forma de intervenir en las conciencias de las personas, ya sea mediante el cine, la literatura, la música, la danza o, en este caso, la pintura. Antiguamente, eran mayormente los poderosos quienes hacían propaganda política a través del arte, como los faraones de Egipto o los reyes, pero cada vez más ha sido uno de los instrumentos del pueblo para que su voz se oiga. Guernica es un ejemplo de este poder que tiene el arte, y aunque la concepción actual de esta obra no sea exactamente la misma que en su origen, ya que ha aumentado su cotización pero su significado se ha devaluado, sigue siendo un símbolo para el pueblo.  


BIBLIOGRAFÍA

- GASPARINI, L., y MARABELLI, S. P., Obras maestras del arte, Blume, 2008.
- LARREA, J., Guernica: Pablo Picasso, Madrid, Cuadernos para el Diálogo, 1977.
- SEBASTIÁN LÓPEZ, S., El “Guernica” y otras obras de Picasso: contextos iconográficos, Murcia, Universidad de Murcia, 1984.

PÁGINAS WEB: www.museoreinasofia.es





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