domingo, 20 de octubre de 2013

Giverny, el rincón favorito de Monet


Claude Oscar Monet (1840-1927) es una de las figuras más importantes del movimiento impresionista que tuvo lugar en la segunda mitad del siglo XIX en Francia, aunque muchas de sus obras más importantes las llevó a cabo en el siglo XX. Le encantaba pintar al aire libre, reproduciendo en sus obras las impresiones que obtenía de la naturaleza. Quería captar la instantaneidad, algo que le parecía muy difícil dada la fugacidad del día, pero Monet no se conformaba con las cosas fáciles y persistía en su empeño. Solía representar un mismo escenario en distintos momentos de la jornada, para reflejar los variados efectos que la luz provocaba en el paisaje en diferentes momentos, como hace con sus obras de La Catedral de Rouen. Escogió Giverny para establecer su residencia, un lugar que reunía los requisitos que a él le parecían necesarios para pintar y vivir. Él mismo escribió en una ocasión:“[...] Estoy encantado, Giverny es un lugar espléndido para mí [...]”.

Giverny es una pequeña localidad que se encuentra siguiendo el curso del río Sena hacia el norte, a unos 75 km de París aproximadamente, y fue escogida por Monet para pasar gran parte de su vida (habitaría allí durante 43 años) y donde el pintor localizó su taller y su casa. Allí construyó unos jardines a su gusto, que a él mismo le gustaba cuidar, con un estanque de nenúfares y el famoso puente japonés retratados en sus obras, que al igual que sus cuadros deberían ser considerados obras de arte. Él mismo creó un mundo lleno de colorido en el que podría jugar con la luz y donde estaban presentes sus elementos favoritos (agua, flores, etc.) que plasmaría en sus pinturas.



Estanque de los nenúfares con el puente japonés al fondo, Giverny.
El estanque de los nenúfares (Los nenúfares blancos). C.Monet, 1899 (Moscú, Museo Pushkin).

      Este pueblo ha vivido un crecimiento demográfico notable gracias a su legado, además de recibir visitas de turistas llegados de todas partes del mundo constantemente. El exterior de su casa presenta un tono rosa, y podemos comprobar cómo no dejaba nada al azar a la hora de decorar el interior, donde hoy en día se encuentran expuestas las numerosas láminas japonesas que el artista acumuló. Tanto el salón comedor como la cocina presentan los colores favoritos del artista (distintas tonalidades de amarillo y azul respectivamente). Es curioso que son estos colores los que decoran la vajilla, ya que la función de ésta tiene relación con las dos habitaciones. Los dormitorios y el resto de estancias de la casa son también dignos de ver.

Salón comedor, casa Monet. Giverny.
Exterior de la casa de Monet, Giverny.

             Visitar Giverny supone un acercamiento a la vida privada de Monet, y permite conocer al artista un poco más allá de su obra artística. Es recomendable para todo aquel que lo admire como pintor y que quiera ser testigo de cómo vivió el que fuera uno de los maestros del Impresionismo.


Aquí dejamos el enlace de la Fondation Claude Monet donde se puede obtener más información:


Fuentes:
-   MONET, C., Los años de Giverny: correspondencia, Turner, 2010.
-   KENDALL, R., Monet por sí mismo. Esplugues de Llobregat, Barcelona, Plaza & Janés           Editores, S.A. (1991).















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