Nacer en su época fue lo mejor y, a la
vez, lo peor que les pudo pasar a Berthe Morisot, Marie Bracquemond, Mary
Cassatt y Eva Gonzalès. Por una parte, encontraron su vocación y la
desarrollaron espléndidamente dentro de una corriente artística, el
Impresionismo, que se estaba gestando en aquellos momentos, pero por otra fueron
relegadas a un discreto segundo plano por el hecho de ser mujeres y a permanecer
en la sombra de los considerados genios pintores como Monet, Degas, Renoir,
etc.
Eran mujeres con un talento indudable pero que estaban
limitadas a muchas menos vivencias que los hombres, ya que no podían acudir a
ciertos actos públicos o simplemente ir a un bar como harían sus colegas, y luego representarlo en sus cuadros. Por eso nos vamos a encontrar con un ámbito
doméstico, cotidiano, mucho más privado en las pinturas de estas damas.
Berthe Morisot, La Cuna, 1872 (Musée d'Orsay). |
BERTHE MORISOT (1841 -1895)
Nació en el seno de una familia burguesa en Francia y fue la primera pintora impresionista. Sus padres le permitieron
a ella y a su hermana que se formaran en el ámbito artístico.
Casada con Eugène Manet, hermano del artista Édouart Manet, la relación con su
cuñado hace pensar que pudieron mantener una relación más íntima, aunque no hay
pruebas contundentes.
Paul Valéry dijo sobre su obra que podría considerarse como
“el diario de una mujer expresado a través del color y el dibujo”, por lo bien
que reflejó el mundo privado femenino.
Marie Bracquemond, En la terraza en Sèvres, 1880. (Musée du Petit Palais). |
En sus inicios esta francesa lo tuvo muy difícil para pintar, pero consiguió entrar al taller de Ingres y aprender con él. Al conocer a su futuro marido, Félix Bracquemond, un pintor y grabador, éste la puso en contacto con críticos y artistas del momento, aunque sería a la vez su relación matrimonial la que acabaría con su carrera artística. Félix menospreciaba el trabajo que ella llevaba a cabo, pero ella no cesó en su empeño de defender el Impresionismo. Finalmente, Marie decidió rendirse en 1890 ante la presión de su marido y no volvió a dedicarse nunca más a la pintura, sino a ser la mujer que su marido quería que fuese. Su obra ya fue de por sí muy buena, pero es el eco de lo que pudo haber sido si hubiese seguido pintando hasta el último de sus días.
MARY CASSATT (1844 -1926)
Es Degas quien introdujo a esta estadounidense en
este mundo en el que su forma de pintar llegará a su máxima expresión en las
representaciones de niños y mujeres. Fue una ceguera parcial la que hizo que
esta pintora se retirase, pero ha dejado una huella imborrable en la Historia
del Arte sobre todo porque gracias a ella el Impresionismo tomó importancia en
Estados Unidos. Este cuadro, Desayuno en la cama, es de una belleza innegable.
Mary Cassatt, Desayuno en la cama, 1897. (Huntington Library Art Collections). |
Eva Gonzalès, Despertar de mañana,1876. (Kunsthalle Bremen). |
Nació en París y creció en un ambiente
artístico. Comenzó sus clases con el pintor y grabador Chaplin, pero sería en
1869 cuando conoció a Manet en el taller de Alfred Stevens y pasó de ser su
modelo a su alumna. Ella se dedicó como las otras pintoras a mostrar en sus
cuadros temas cotidianos, y aparecería en numerosas ocasiones su hermana Jeanne
como modelo. Contrajo matrimonio y falleció por complicaciones al dar a luz
pocos días después de que Manet muriese.
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