martes, 19 de noviembre de 2013

Pisarro y Monet

Estos dos pintores fueron contemporáneos y podemos seguir la relación que mantuvieron a lo largo de muchos años de sus vidas y de duro trabajo mediante elementos como su correspondencia o la que tenía Pissarro con otras personas como su hijo Lucien.

A pesar de lo que podemos pensar a raíz de lo expresado en el párrafo anterior, no siempre tuvieron una estrecha relación. En 1892 la esposa de Pissarro, Julie, pidió una gran suma de dinero a Monet para poder comprar la casa en la que llevaba viviendo alquilada con sus hijos y su marido desde hacía diez años, en Éragny, hecho que aunque Monet accedió, siempre fue un recuerdo desagradable para Pissarro. Es más, en sus últimos días de vida, cuando estaba postrado en la cama y delirando por la enfermedad, seguía acordándose de esta deuda creyéndola impagada cuando no era así.

Como podemos ver, en un principio la relación entre ambos no era mala, era de respeto y cordial amistad, pero con el paso del tiempo se enfrió. Pissarro centró su atención en los neoimpresionistas, entre los que destacaba sobre los demás su relación con el pintor Georges Seurat. Mientras admiraba este tipo de pintura, solamente tenía malas opiniones de los que antes eran sus compañeros de estilo, como Monet, de quien criticaba sobre todo sus series, creyendo que era una infravaloración del propio arte, aunque Pissarro es el pintor que tiene en su haber la serie más amplia jamás realizada, la de Bazincourt, que consta de más de 300 piezas.

En 1890 comienza el acercamiento con Monet, aunque a Pissarro nunca le agradó el hecho de que su compañero tuviese mucho más éxito que él. A pesar de todo, y tras largo tiempo criticando obras de Monet tales como su serie de Almiares, acabó aclamándolo como al que más y usando sus obras como base de las suyas, en un principio queriendo mejorarlas, y posteriormente incluso admitiendo la superioridad del otro en su serie de Ruán, siendo un punto de encuentro entre las obras artísticas de ambos, ya que Monet pintó numerosas veces la catedral y Pissarro, además de esta última, pintó los puentes de esta ciudad. Es destacable mencionar el hecho de que Pissarro se sentía tan inferior a Monet respecto a sus cuadros de la catedral que el suyo lo mantuvo oculto al público.


El último punto de encuentro fue El Havre, ciudad donde Monet creció como artista y en la que Pissarro se fijó para realizar cuadros industriales y de los vapores que llegaban a la misma.

 
Almiares, mañana, Éragny, 1899, Camille Pissarro.



Almiares (finales de verano), 1890 - 1891, Claude Monet


BIBLIOGRAFÍA

SOLANA, G. (2013), Pissarro, Museo Thyssen - Bornemisza, Madrid.

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